DEFINICIÓN PERSONAL DE LA BELLEZA:
Es muy difícil
definir la belleza, porque, si hay algo que todos tenemos claro, es precisamente que
cada uno la define a su manera. Lo que para unos es bello, para otros puede ser horrible; y, por lo tanto, todos consideramos que la belleza, en sí misma, sea lo que sea, es
SUBJETIVA. Aunque también podría entenderse que, si cada objeto físico tuviera una temperatura ligeramente diferente, la temperatura, como escala, podría llamarse “locamente” subjetiva, lo cual parece un absurdo.
SOLO EL CORAZÓN CONOCE LA BELLEZA:
Además, ocurre con lo bello que, si te sobrecoge, te embelesa, te embriaga, y, acto seguido,
te pones a analizar concretamente lo que produce esa “sensación” en ti,
la pierdes.
Si metemos lo cognoscitivo, perdemos lo emocional;
si analizamos con la mente, desoímos el corazón, generalmente.
¿Cómo encontrar ese equilibrio?
Por la misma razón, podríamos darnos cuenta de que un crítico de arte, un crítico de cine, un crítico de la realidad, difícilmente van a apreciar esa belleza, pues pretenden sintonizar con cánones de “belleza” culturalmente aprendidos -incluso académicamente transmitidos- y, personalmente, eso nos recuerda a la famosa escena inicial de la película
“Los poetas muertos”, donde un Robin Williams -profesor de literatura- pretendía explicarles a sus alumnos el primer día de clase que la belleza de un poema se reconocía por lo que
LES HACÍA SENTIR, y
no por la confluencia de “métricas” académicas que pudieran esbozarse en un gráfico matemático.
LA BELLEZA: LO QUE VALORO DE MI SER EN LO REAL.
La belleza quizás
no es tanto lo que uno ve en el exterior que valora como bello como
lo que siente, percibe y experimenta cuando
se PONE a sí mismo, de alguna manera, en algo o alguien.
Todos hemos tenido la experiencia de ver bellos a abuelos o personajes de películas que nos transmiten algún sentimiento hermoso, porque
somos nosotros mismos los que nos ponemos en ellos. Al principio de la película “
La Bella y la Bestia”, la Bestia es “bestial” y malo, pero más tarde el espectador “siente” una evolución que le lleva a verlo como un ser que sufre y que
también se merece el amor que empieza a sentir por la Bella.
Y quizás todo sea igual:
la belleza es lo que TÚ PONES cuando lo pones y sientes cuando lo sientes.
Veamos si no, ejemplos.
Un pirómano ve belleza en el fuego que arruina vidas de personas que conoce y que no conoce.
Un radiólogo ve hermosas las imágenes de una enfermedad florida en una resonancia.
Un cineasta ve belleza en la expresión de dolor lograda en una escena muy “viva”, que transmite ese dolor en el espectador, aún cuando sienta sufrimiento el espectador, y, por ende, en el propio cineasta. Se dice que, si Kafka no hubiera vivido atormentado, no habría dejado obras de arte como son consideradas por la crítica oficial literaria en relatos como
Metamorfosis y el
Proceso, historias tan esperpénticas como que un ser humano se convierte en escarabajo y que acepta ser juzgado y condenado por algo que ni tan siguiera sabe qué es.
LA VIDA ES BELLA si ponemos ATENCIÓN A LO VALIOSO Y HERMOSO para nosotros:
La belleza es
creada por uno y con ello
definida por su creador, pero siempre supone que
nos unimos en algún grado o dimensión
a aquello que apreciamos y valoramos. Nos
conecta con algo hermoso interno. Porque si algo indica que vemos belleza en alguien o algo es que
LO CONSIDERAMOS VALIOSO,
lo destacamos por encima de otros “semejantes no bellos” y nos es
grata la contemplación de la parte que vemos bella en lo que definimos y declaramos como hermoso para nosotros. Por lo tanto, lo que ponemos de nosotros en lo bello es precisamente
nuestra ATENCIÓN, como resultado de una valoración positiva de alguien o algo que
solo su observación nos aporta algo, y con ello
sustanciamos lo valioso de la experiencia del vivir, como apreciación de la vida, y como “precio” por vivir, la capacidad de
apreciar lo hermoso de nuestra experiencia.
Muchas veces se producen bellísimos
amaneceres en la mañana del atasco de tráfico que nos lleva al trabajo. Y quizás muchos
VEN y aprecian más el ruido, la lentitud y el enfado por tal colapso; mientras otros optan por
VER, apreciar y destacar lo hermoso del despertar luminoso del día, que nos lleva con colores a experimentar un nuevo renacer, como si ese fuera
UN DÍA ESPECIAL solo por el hecho de prestar nuestra
ATENCIÓN a lo bello que vemos en él.
LA BELLEZA SE TRANSMITE A LA REALIDAD y se puede COMPARTIR:
Y es que esa es otra de la características que tenemos claro. La belleza -diríamos- necesita ser
transmitida, comunicada,
ha de llegar, ha de conmover, ha de generar emociones y vivencias en el interior del ser que la aprecia y crea con su atención consciente o no. Pero vemos que el mismo cuadro a uno le conmueve y a otro le horripila, por lo que
no es el cuadro el que tiene ese PODER, sino la elección -consciente o no- del observador que se sobrecoge al valorarlo, no desde lo monetario -o sí, porque le parece bello lo que cuesta- sino
desde el corazón, lo que siente, lo que nos guía acerca de
qué sentimos hacia la realidad que percibimos.
LA ATENCIÓN A LO BELLO NOS ALEGRA LA VIDA:
Cuando conectamos con eso que nos transmite la experiencia de lo bello ocurre también otra maravillosa realidad. Y es que cuando en algo vemos belleza,
todo lo demás se colorea.
Cuando uno aprecia algo,
lo que lo rodea se ve impregnado de parte de esa alegría por celebrar lo valorado. Como si alguien, antes de hablar en público, nos dice que le gustamos mucho; esto provocará una liberación de sustancias agradables sentidas en nuestro cuerpo (endorfinas, oxitocina, dopamina, adrenalina incluso…), que nos motivará a realizar mejor lo que estamos a punto de hacer (una charla, una clase, en nuestro ejemplo). Así que,
cada vez que apreciamos lo bello, NOS BENEFICIAMOS en colorear de una paleta de alegría
nuestra propia realidad, y seremos menos proclives a la crítica, a la queja, al resentimiento, el miedo, el enfado y la tristeza.
LA BELLEZA, EL RESONAR DE UN SER AMOROSO:
Muchos hablarían de un
resonar, de
un sonar como un eco de la fuente bella, o ser precisamente lo bello lo que nos devuelve
un eco de nuestra verdadera esencia apreciativa de la realidad tal cual es.
¿Cómo sería que considerásemos
siempre bella la existencia? ¿Y si el propio hecho de
vivir fuera una experiencia bella, incluso con lo desagradable? ¿Acaso no vemos películas de miedo y terror, y podemos
APRECIAR lo bello que digamos que vemos en ellas? ¿Un enamorado de Hitchcock es un loco que aprecia el miedo ante el suspense y la incertidumbre, o es
un ser que elige poner su amor en el arte que ve en cómo de bien se puede generar armoniosamente esas sensaciones en quien visualiza una de sus películas?
LA ADULACIÓN O EL COMPROMISO NO CREAN BELLEZA:
Pero
no podemos exigirla. En nuestra sociedad, con claros síntomas de locura -ni buenos, ni malos, solo clínicamente disfuncionales y apreciables para un médico-,
pretende que expresemos belleza cuando se nos impone como
norma social.
Por ejemplo, “cariño, ¿cómo me queda este vestido?”, “¿he hecho bien la ponencia?”, “¿te ha gustado mi libro?”, “¿verdad que este cuadro transmite amor?”, “mira estos enamorados cómo se quieren en este selfie”… se supone que ante preguntas así uno piensa más en
cómo comunicar una mentira de la mejor forma que en
sentirse libre de expresar realmente lo que siente, pues no se le pregunta realmente por la verdadera respuesta, sino por l
a habilidad para conectar con normas sociales que nos mantienen esclavos de un atavismo y una convención social, más que facilitarnos
sentirnos libres y amados por la comunidad para expresar nuestro verdadero ser.
LA BELLEZA DE VIVIR: UNA LLAMADA QUE ESPERA TU RESPUESTA.
¿Qué aprecias tú de la vida? ¿A qué llamas
bello? Si estás interesado en saberlo, pregúntate
a qué le dedicas TU TIEMPO, TU ENERGÍA, LA VIDA QUE TIENES… ¿dedicas tu tiempo a apreciar lo que llamas hermoso, alegre, feliz, bello o más bien lo dedicas a
poner tu ATENCIÓN en lo que dices que no te gusta, dices que no aprecias, dices que no estás interesado?
Quién sabe, quizás nos veamos apreciando guerras, telediarios, periódicos, riñas, juicios, críticas, rumores, venenos varios, mientras
espera nuestro lienzo de vida a ser pintado con el amor que seamos capaces de transmitir con nuestro arte: el arte que es
el arte de todo. EL ARTE DE VIVIR. Esperemos que, si pintamos un cuadro, sea hermoso para nosotros, pues si no, más difícil será que los otros lo aprecien bello.
DE ASTURIAS A TAIWAN
PARA CRECER EN EL ARTE.
'El vacío da la utilidad, en un jarrón. En la poesía sucede lo mismo, el vacío también es el silencio; forma parte de la escritura”.
El pensamiento estético chino considera siempre lo bello en su relación con lo verdadero.
EL LLEGAR A SENTIRME DISFRUTAR Y CÓMODO CON LO QUE ME GUSTABA DE VERDAD:
Estaba yo
algo perdido en la adolescencia, al haber empezado los estudios en el bachillerato por ciencias puras.
-“Torrico no sabe integrar!” -decía el profesor de matemáticas.
Pero, en unas vacaciones, estando en Canarias (mi familia materna es de Lanzarote, pues mi padre conoció a mi madre cuando fue a hacer la mili allí y ella se vino con él a vivir a la cuenca minera),
un tío mío
me recordó lo que mejor siempre se me había dado. Aunque
me sentía un completo inútil, Raymundo me alentaba y decía:
“Jose siempre dibujó muy bien”.
Fue entonces cuando
decidí cambiar el bachiller de ciencias por el bachiller artístico en la escuela de arte de Oviedo, donde realmente
comencé a disfrutar de las materias que estudiaba, sobre todo en los talleres: asignaturas
prácticas como dibujo, escultura y grabado, así como en la
bien surtida biblioteca, donde por primera vez pude ver libros sobre las vanguardias artísticas.
Por aquel entonces me atraía más el arte moderno y las vanguardias que el arte antiguo. No sabía casi nada de teselas o de capiteles o iglesias góticas, pero si sobre los impresionistas, futuristas, surrealistas y artistas abstractos. Ya empezaba a
sentirme más cómodo.
En la Escuela de Arte comenzó mi primer contacto con el arte oriental: libros de xilografía japonesa, como vistas del monte Fuji de Hokusai o los monstruos y fantasmas de Utagawa Kuniyoshi...
Trataba de imitar esos degradados de los cielos en sus paisajes.
Antes de esta experiencia nunca me había planteado estudiar la carrera de Bellas Artes, pues yo solo quería estudiar el oficio de ilustración. Pero el profesor de dibujo en la escuela de Arte habló con mis padres para plantearles esa posibilidad. Para ello fue importante el tener un profesor particular,
Benigno Arias, que tenía una tienda de pinturas y daba clases en una academia de dibujo. Allí
podía hacer muchas más preguntas, al no ser demasiados alumnos y pude
preparar mejor la prueba de acceso a la universidad.
Tuvimos
muchas conversaciones sobre pintura durante ese año. Y me alegraba la
efusividad con que el profesor reaccionaba cuando veía que había trabajado con tesón, llevando una carpeta con un montón de pinturas para corregir.
“¡Estas son las calidades!”, exclamaba con vehemencia señalando ciertas zonas de la pintura que habían sido
trazadas de una sola vez.
Benigno solía decirme que mis retratos
le recordaban a Lucian Freud, el nieto del psicoanalista Sigmund Freud. Pinturas de las que yo no sabía nada entonces, allá por 1998. Luego pude ver sus trabajos y desvelar aquel misterio que me acompañó durante tantos meses. Conocía la obra de
Francis Bacon, perteneciente también a la escuela de Londres, pero solo estando en Pontevedra -estudiando Bellas Artes- pude finalmente conocer la obra de Lucian Freud, ya que anteriormente apenas tenía acceso a internet.
Fue entonces cuando pude ver
ciertos parecidos en su obra, cierta geometrización y un modelado con trazos seguros, que respetan la cualidad abstracta de la pintura. Sin embargo, su calidad era abrumadora y, en cierta medida, podía imaginar la cantidad de horas de taller que se necesitaban para lograrlo.
Algo parecido me ocurría al ver las pinturas
Sorolla en el Museo de Bellas Artes de Oviedo:
algunos de los bocetos resolvían un brazo prácticamente de un solo brochazo.
Mirando las paredes del museo ya afuera, me asaltaba un
sentimiento agridulce. La soledad que evocaba esa calidad de la pintura,
muchas horas de taller necesarias para alcanzar una figuración vista en aquellas telas. Hoy puedo verlo de una forma muy diferente, ya que, al alcanzar cierta destreza, más que sufrimiento de imitar un modelo fielmente, llega
el momento de disfrute. Solo es cosa de tiempo. Acostumbrarse, pues
toda disciplina, requiere de ese esfuerzo y horas de entrenamiento.
EL ARTE DE LA ABSTRACCIÓN Y “CAOS EN EL PINCEL”:
Seguí dedicando
muchas horas a dibujar. Procuraba imitar estilos de artistas del siglo XIX, tratando de dibujar una figura humana
de un solo trazo. Los mínimos posibles, rellenando paginas de figuras copiadas de revistas, cuerpos, cabezas, manos... Numerosos blocs.
A
Ignacio -a la sazón, profesor de pintura en primero y quinto de carrera, y quien más adelante sería mi comisario en la Sala Alterarte de Orense- de mis dibujos le llamaba la atención el
punto abstracto y gestual. En sus clases pudimos experimentar distintas técnicas centrándonos en esa cualidad y siguiendo un proceso muy experimental. Veladuras, frottages...
Este profesor me prestó entonces un catálogo de dibujos del escritor
Víctor Hugo:
"Caos en el pincel… Víctor Hugo, dibujos". Víctor Hugo se concentra en el paisaje de su propia imaginación
. Manchas que le sugieren o le sirven para dar impulso a sus novelas y que tendrán cierta influencia en el surrealismo y el arte abstracto. Manchas que, aunque en una forma y sentido diferente, al igual que las de Rothko, son una ventana,
un puente espiritual que fija esa emoción en el tiempo.
Estos hallazgos vuelven a ponerme en
contacto con Oriente ya que los
expresionistas abstractos trabajan con la idea de energia y vitalidad, no se quedan solo en la apariencia decorativa, sino que también se interesan
por su filosofía y temáticas líricas. Sencillas. Una brizna de hierba o un saltamontes pueden ser motivo para dar sentido a una obra.
PINTANDO EL PAISAJE INTERIOR EMOCIONAL DEL ARTE ORIENTAL:
Se piensa que muchas de las pinturas expresionistas de principios del siglo XX tienen mucho
en común con las pinturas en tinta china japonesas. Y, más concretamente tras la segunda guerra mundial, no solo se fijan en los hallazgos técnicos. En Norteamerica y Europa se comienza a buscar una
nueva forma de mirar el mundo, las preocupaciones comenzaron a ser otras.
A través del encuentro con obras originales del arte del este asiático, impulsos completamente nuevos que fueron mucho más allá del fenómeno de la moda japonesa, se reflejaron particularmente en obras como la de
Kandinsky,
Paul Klee o el catalán
Joan Miró. Se fue apreciando
el valor gestual de los trazos, la potencia del signo, la concentración y preparación espiritual del artista al enfrentarse a la creación1.
Tanto los
expresionistas como los pintores a tinta china
no pretenden ser fieles al paisaje de manera precisa y real, sino que intentan
plasmar sus sentimientos, su estado mental a través de un paisaje. Buscaban
pintar el paisaje interior, considerando que
el arte europeo había perdido esa capacidad de mirar hacia adentro, pues los europeos nos habíamos volcado hacia el exterior, debiendo revivir esa
resonancia interna mirando a nuestro espíritu nuevamente2.
Interesado por las
vanguardias, en la universidad experimenté más con las manchas y trazos inconscientes, pero
siempre evocando algo conocido, sean figuras o paisajes. Retocando mínimamente con alguna línea o añadiendo un trozo de collage para hacer más visible lo que yo interpretaba de esa mancha, como hacían los surrealistas en lo que llamaban
decalcomanías.
NOCIÓN DE YIN YUN: UN ESTADO PREVIO A LA INMINENTE CREACIÓN.
Varios años más tarde había presentado ya varias exposiciones y trabajado mucho en el retrato de personas y animales. Entonces, llego a familiarizarme con el
Taoismo; y encuentro ideas muy interesantes entorno a ese magma original y estas manchas azarosas que
ahora veo desde otra perspectiva. Me ayudan antes de empezar a pintar, ya que a pesar de haber terminado la carrera y continuar en un curso avanzado de acuarela aquí en Taipei,
siempre vienen a mi conciencia aquellas palabras de Benigno:
las calidades, que el lienzo respire.
Laozi (o
Lao-Tze) nos habla en el
Tao sobre una "
conciencia primaria" (
Yin y Yang) que consta de
dos alientos vitales:
- el ying (=principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción);
- el yang (=principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración; y
- un tercer aliento del vacío intermedio, el que garantiza la interacción de estos dos y así crear los 10 mil seres, forma de nombrar la diversidad existente y lo infinito.
El gran pintor chino del siglo XVII
Shitao (石涛), habla en su tratado de pintura sobre la
noción de Yin-Yun, que es
un estado previo:
"El Yin-yun designa un estado donde el Yin y el Yang son aún indistintos, pero en virtual devenir. No es por lo tanto un término negativo. El estado que designa no es nada menos que la promesa de vida, un lugar abierto donde el impulso del no-ser hacia el ser es posible, incluso inminente......en la realización de un cuadro, el Yin-yun está ciertamente al comienzo: pero debe permanecer presente el curso de ejecución, y subsistir hasta el final; tanto es así que, en la óptica china, un cuadro demasiado terminado es un cuadro fracasado; en un verdadero cuadro debe quedar espacio siempre virtual y que tienda a otras metamorfosis" 3.
HAIKU Y PINTURA DE UNA SESION.
Ahora
vivo en Taipei, capital de Taiwán. Viajar a lejanas tierras
ha ampliado mi horizonte.
El aprendizaje continúa. Asistí a un curso avanzado de acuarela aquí en Taipei, en la academia Turnerstudioart, donde algunos discípulos de
Chien Chung Wei, (gran acuarelista y pintor de paisajes, artista al que sigo desde varios años atrás), imparten las clases.
También aprendo
mandarín en el Mandarin Training Center, lugar donde asisten estudiantes de muy diversos lugares del mundo. Donde descubro las historias y el origen de algunos caracteres chinos. Muy cerca de esta Universidad encuentro una tienda donde a menudo me paro a hojear libros enfocados a la
caligrafía oriental y pintura.
Curiosa lengua el mandarín donde
unas escenas se convierten en signos. En unos pocos trazos.
De las formas literarias que he aprendido aquí, con la que más me identifico es con el
Haiku, que se caracteriza por su
brevedad: solamente
tres versos. Tiene mucha relación con el
Tanka, de
dos versos más y que era una forma en la que
los amantes se hacían llegar mensajes secretos acerca de sus encuentros, escritos en
abanicos y con un
código privado para que ni siquiera el mensajero pudiera adivinar su significado. Pero el haiku fue más allá del Tanka. Derivó en una forma de contenido más amplio, una
unión con la naturaleza, un instante de comunión donde
"nosotros mismos nos hemos fundido con aquello que contemplamos"4.
La "
pintura alla prima" (o húmedo sobre húmedo) es una técnica que consiste en
realizar una obra en una sola sesión. Puede durar desde media hora a dos días, pero la obra debe seguir estando húmeda. Su técnica desde
Velázquez tiene el deseo de mantener la
pincelada tan espontánea, libre y expresiva como sea posible.
Tanto es así que se declara preferible levantar con la espátula un mal trazo, que retrabajarlo y quitarle espontaneidad. Para enfatizarlo a en ocasiones en el
haiku, la escritura es acompañada de un
Haiga (俳画) pintura que es esbozada
con rapidez.
La
frescura que es también un elemento clave en el haiku, requiere de espontaneidad
"ya que la frescura es la flor del haiku, tanto más se acerca a la naturaleza tanto más se acerca a la frescura".
BELLEZA COMO UNIÓN CON EL AQUÍ Y AHORA PRESENTE:
Un haiku que no sea sencillo es pura exhibición, un alarde del "yo", del ego, lejos de nuestra auténtica naturaleza del ser. Solo los verdaderos poetas y los niños -quienes únicamente sienten en carne viva– son capaces de ver el mundo: los demás estamos desahuciados»
5.
"La única condición que pone el mundo para permitirte escribir un haiku es que antes haya sentido un
aware, una profunda emoción motivada por algún suceso"
5.
COMO RESUMEN:
Podemos concluir entonces que la
BELLEZA:
- Se crea por uno mismo, cuando decidimos ponernos en lo que apreciamos de lo que percibimos.
- Depende de la elección por atender y cuidar y resaltar aquello que consideramos bello.
- Puede compartirse de corazón a corazón, pero no puede imponerse, pues no es algo que la mente pueda analizar, diseñar y medir.
- Nos traslada instantáneamente al momento presente, al aquí y ahora, y no es demorable ni se puede adelantar.
- Nos une con la obra o persona bellas, y nos lleva a una paz interior todoabarcante, no definible ni medible.
- En este resonar con lo bello, la realidad la percibimos más alegre, por contagio de la perspectiva amorosa de nuestra vivencia.
- La belleza no se aprende, sino que se pone; se aprende a permitirnos ser libres de expresar lo más hermoso que vemos en nosotros mismos, que queremos expresar y compartir con quien así lo elija.
- Pintar el paisaje emocional interior puede ayudar a expresar emociones que queremos permitirnos vivir.
- En Oriente el proceso creativo implica una obra abierta a evolucionar (yin yun), donde el trazo continuo y fresco no se corrige (haiku; pintura alla prima), y que nos trae a la realidad del presente, al aquí y ahora, devolviéndonos al ser, alejándonos de la ficción mental del “yo” o ego.
- ¿Qué consideras bello en tu vida?
Autores:
- José Torrico Perdomo (pintor profesional e ilustrador asturiano que reside en Taiwán).
- David Calvo Temprano (aprendiendo el arte de apreciar lo bello).
(1) La fuerza de oriente en la obra de Joan Miró. Pilar Cabañas Moreno.
(2) Japan: Spirit and Form (Shuichi Kato) https://www.youtube.com/watch?v=VDIVEPCI8IM
(3) Lacan y el Pensamiento Chino, Francoise Cheng.
(4) El haiku de Basho y la experiencia interior: Una aproximación a la esperiencia estética desde el recogimiento. Myriam Constantino Castillo. UNAM FFyL.
(5) Aware: iniciación al haiku japonés, Vicente Haya. Kairós.
Fuentes consultadas: Vacío y plenitud, El lenguaje de la pintura china. Francoise Cheng, SIRUELA, 1979.