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Qué es el COACHING

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LÓBULO PREFRONTAL II: donde la razón y la emoción se integran.
Toda decisión racional puede vivirse en armonía con un corazón agradecido que dirige.

Fecha: 17/10/2021

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Nuestro cerebro más evolucionado y racional o neocórtex tiene una porción frontal en la parte más delantera y superior de las circunvoluciones cerebrales, las pertenecientes al lóbulo prefrontal (LPF), como previamente comentábamos (véase LPF I).

Esta zona más anterior del lóbulo frontal tenía diferencias importantes en su anatomía, función e incluso histología (es decir, su composición celular), que permitía diferenciar tres regiones que vamos a tratar a continuación, dos emocionales y una racional:
  1. Dorso-Lateral (DL): la convexa hacia fuera, sede de las funciones racionales cognitivas superiores.
  2. Ventro-Medial (VM): la parte medial o interna, en proximidad a la otra ventromedial del hemisferio contrario, sede de la experiencia emocional más procesada y matizada.
  3. Órbito-Frontal (OF): la parte basal, que se apoya en las órbitas, y relacionadas con la memoria de trabajo emocional (representa la información matizada emocionalmente tanto del presente como de lo que se trae del pasado o adelanta del futuro, altamente procesada, a partir de juicios aprendidos de experiencias pasadas).
Así vemos cómo -siguiendo la imagen adjunta- el hemisferio frontal puede verse como un par de abanicos a medio abrir, donde la parte externa del abanico es la parte racional (DL) y las otras dos partes restantes (VM y OF) se ocupan de procesar, matizar y modular aspectos del mundo emocional y afectivo, para hacernos más adaptativos al medio y tomar decisiones que sean tanto racional como emocionalmente más inteligentes.
 
ÁREA VENTRO-MEDIAL (VM):
El área ventromedial es la región más medial o interior del lóbulo prefrontal (LPF) y podemos diferenciar en ella una porción más inferior (véase imagen) llamada córtex cingulado o cingulado simplemente, que se localiza justo por encima de las fibras del cuerpo calloso (que une los dos hemisferios con multitud de conexiones para compartir armónicamente funciones cerebrales, aún cuando ambos hemisferios se especializan en algunos aspectos que el otro no desarrolla tanto). El cingulado lo veremos más en relación con funciones del área DL que con la parte emocional propiamente dicha.
 
Aunque podríamos resumir la principal función de esta área como la encargada de la COMUNICACIÓN EMOCIONAL “dentro de nosotros mismos”, nos va a ayudar mucho a entenderlo un famoso caso neurológico de un paciente del siglo XIX muy conocido en Medicina, especialmente en Neurología: el caso de Phineas Gage.

EL CASO PHINEAS GAGE: DE LA EFICIENCIA AMABLE A LA INSENSIBILIDAD INOPERANTE (ACINETISMO EMOCIONAL).
Phineas Gage fue un famoso paciente neurológico del siglo XIX, que conocemos gracias a la bien documentada y exhaustiva historia clínica de su médico. Trabajaba en una empresa que construía los railes del ferrocarril y sufrió un grave accidente cuando una barra de metal le atravesó la mejilla izquierda, por una explosión cercana con dinamita, y lesionó la parte ventromedial de su hemisferio izquierdo, sin que muriera tras el accidente. Tras retirarle la barra su carácter cambió de una forma muy llamativa.

Empezó a dejar de ser tan disciplinado, trabajador, sociable y atento con los demás como era conocido antes. De ser eficiente y productivo en el trabajo pasó a ser ineficiente, poco sociable y lento en toma de decisiones del día a día. Desarrolló un cuadro que se puede reconocer como acinetismo emocional, por su inoperancia por falta de procesado emocional, base de las decisiones diarias:
  • Desinterés hacia los demás.
  • Disminución de la expresividad facial, ni de forma espontánea ni de forma fingida (cara plana): síndrome acinético.
  • Falta de motivación y creatividad (afectación del cingulado).
  • Falta de rendimiento en la toma de decisiones, por no anticipar consecuencias futuras de decisiones con base emocional (crítica función del VM).
  • Se cuenta de Phineas en su historia clínica que era incapaz de elegir siquiera un color de corbata en el día a día, por no tener disponible la información emocional y su procesamiento y matices, al tener lesionada la región que se encarga de ello.
CONOCER LO QUE SENTIMOS ACERCA DE LO QUE VIVIMOS: LOS SENTIMIENTOS.
Tanto las áreas VM como OF comparten aferencias (señales que reciben de otros lugares) y eferencias (señales que estas áreas envían fuera) con muchas zonas del cerebro, especialmente con amígdalas, hipocampos y regiones visuales y auditivas.

Una función prínceps que resume las funciones más importantes hoy reconocidas de esta región cerebral es la comunicación emocional, es decir, es la zona que se encargaría de procesar con matices cognitivos la emocionalidad base suministrada por la amígdala, de quien recibe aferencias.
Esta región VM asociaría matices en contextos complejos, especialmente en escenarios interpersonales y sociales, llenos de detalles que han de ponderar diferentes variables que se modifican constantemente en nuestra vida. Modula y reconoce la valencia (positivo o agradable y negativo o desagradable) de lo sentido y ofrece matices morales.

Modulan también los aspectos emocionales de la voz y nos ofrecen la experiencia emocional a un nivel consciente y cognitivo, es decir, nos ofrecen la veracidad de que sentimos algo y qué es lo que sentimos (SENTIMIENTOS).

Cuando se lesiona de forma bilateral esta región se da la circunstancia de que sí detectan la valencia de lo sentido, pues las reacciones del cuerpo así lo dicen (reflejo electrodérmico y de parpadeo mayor, cuando vemos algo desagradable), pero no se reacciona a ello, no se integrará a nivel cognitivo. De hecho, lo que ocurre es que esa información emocional no se tiene en cuenta de forma consciente (se altera la percepción del sentimiento a nivel cortical superior, pero sí se producen las emociones a nivel subcortical).

Tanto la amígdala como la región VM se pueden inhibir mutuamente, o bien por riesgo para la supervivencia (manda amígdala, y se inhibe la VM), o bien existe una profunda decisión consciente (manda el LPF, e inhibe la amígdala): pensemos, por ejemplo, en arrojarse a las vías del tren como medio de suicidarse.

Esto se produce porque la reacción subcortical emocional depende de las amígdalas (memoria emocional implícita), y la actitud racional es cortical y depende de esta región cerebral, la zona VM, que, si está lesionada de forma bilateral, no podría llevar a cabo sus funciones.

Dado que el recuerdo consciente de lo pasado se almacena en regiones que se coordinan y consolidan la memoria desde el hipocampo (memoria emocional explícita), podría suceder que el sujeto con lesiones en VM recordara qué le pasó (evento desagradable con el coche), reaccionara su cuerpo ante ese estímulo (parpadeara más al verlo), y, sin embargo, decide coger el coche para dar una vuelta sin miedo (no ha integrado su fobia al coche ante un accidente pasado, por ejemplo).

Además, son responsables de la expresión emocional, junto con la OF, más responsable esta última de aspectos inhibitorios sobre las amígdalas, como después veremos.
 

 
CINGULADO: REGULADOR DE LA MULTITAREA JUNTO AL DL.
En la región más inferior de la zona VM se aloja el giro cingulado o corteza cingulada, que es responsable de funciones atencionales, junto con el DL, como veremos. El cingulado se ocupa de seleccionar a qué le ponemos atención entre todo lo que se nos presenta en la memoria de trabajo (lo que nos mantiene la memoria “RAM” presente, con los datos con los que vivimos en presente, incluyendo lo que recordamos que es oportuno para ese momento).

También está muy implicado en la empatía, junto con la corteza de la ínsula (o 5ª lóbulo).

La lesión del cingulado produce una cuadro de falta de motivación (pérdida de capacidades volitivas), indiferencia y reducción del pensamiento creativo. En general, se considera que el cingulado está muy implicado en la motivación consciente para la realización de tareas elegidas y el control de la propia conducta.

EL MARCADOR SOMÁTICO DE ANTONIO DAMASIO:
Para el neurocientífico Antonio Damasio, las decisiones se toman con base somática, debido a que es el propio cuerpo el que va “perfilando” las decisiones que “creemos” tomar a nivel cortical. Esto se produce porque la predisposición emocional que se realiza a nivel subcortical depende prácticamente de forma íntegra de la información externa y esta es en su mayor parte la base de las decisiones en la vida.

Así, la emocionalidad básica no reconocida de forma consciente aún (no llegó a la región VM), ya está dirigiendo qué vas a decidir o no antes incluso de que seas consciente de ello (recordemos que esto se produce en el VM).

Aunque es una hipótesis no aceptada por todos, este postulado ha tenido mucho eco en la neurología seria y ha ofrecido un planteamiento en el que nuevamente en la historia de la medicina se nos considera algo menos conscientes de nuestra propia vida, y, en este caso, de nuestras decisiones, como si estuviéramos más dirigidos y condicionados de lo que sabemos, y pudiéramos liberarnos de ello si nos hiciéramos más conscientes.

Por ejemplo, si alguien siente una profunda adicción hacia un estímulo externo, puede elegir evitar este estímulo si lo conoce. Así, si sabemos que algunos estímulos condicionan o predisponen nuestras decisiones, quizás el hecho de conocerlo es la mejor manera de hacernos con el poder de nuestras decisiones y así adquirir la libertad de no dejarnos esclavizar por nuestro cuerpo.

ÁREA ÓRBITO-FRONTAL (OF):
La región OF está muy implicada en la integración emocional de la información que viene de la amígdala (emocional básica) y los matices interpersonales altamente procesados a partir de su modulación por la VM (sentimientos consciente y experiencia de lo sentido).

Por lo tanto, nos aporta la relevante información de qué sentimos para tomar ahora decisiones sobre lo que sentimos y somos conscientes de ello, es decir, nos informa sobre la MEMORIA DE TRABAJO EMOCIONAL: para el razonamiento adaptativo y actuar con decisiones de base cultural y socialmente permitidas.

Podemos alojar la región OF justo por encima de la órbita de ambos ojos, en la base del polo anterior del LPF, e inhibe la amígdala a través de sus núcleos intercalares inhibitorios (GABA-dependientes) o directamente en los núcleos baso y centromediales.

Esta información presente en nuestra atención se armoniza con la memoria de trabajo “cognitiva”, dependiente del cingulado y área DL, para tomar decisiones que tengan en cuenta tanto lo que hemos pensado y razonado (memoria de trabajo, cognición, planeación y estrategia) y lo que sentimos y recordamos haber sentido (memoria de trabajo emocional, sentimientos).

Además, en el área OF se produce la convergencia e integración cortical consciente entre toda la información exterior (exterocepción) y la interior (interocepción), y esto representa un punto clave para conocer nuestras sensaciones percibidas del exterior para armonizarlas con nuestro interior y diálogo interno.

Es sabido clínicamente que la región OF tiene muy en cuenta la aplicación de normas sociales y culturales dependientes del medio y que se aprenden después de nacer. De forma que, cuando se lesiona, el sujeto presenta un cuadro PSEUDOPSICOPÁTICO (síndrome prefrontal orbitario) con impulsividad, desinhibición social, conductas antisociales, irritabilidad, alteración del juicio, dependencia del medio y euforia. Es característica la perseverancia a pesar de no resultar reforzada la conducta con el refuerzo o beneficio buscado. En la lesión específica en monos, son incapaces de adaptarse a los cambios sociales de su comunidad. Como vemos, en sociedad es adaptativo inhibirse cuando hay que hacerlo.

De hecho, existe una predilección por regiones, pues, si se produce una lesión de la:
  • Región lateral OF: predomina un cuadro de impulsividad, incontinencia emocional (pueril y eufórico), con decisiones perseverantes a pesar de no surtir ya el efecto que previamente producían, y por tanto con incapacidad de aprendizaje de situaciones cambiantes, desadaptativas, e incapaces de disfrutar de estímulos agradables sociales y de respetar y apreciar las normas de la sociedad. Ej. si echarle un piropo a alguien te ha funcionado tres veces para lograr tus objetivos y a partir de la cuarta vez los objetivos no se cumplen más, un sujeto normal aprendería a cambiar de estrategia, pues no se produciría el refuerzo por resultado. Si tiene lesionada esta región, no aprendería de esta evidencia y se mantendría “como si no fuera consciente” de su ineficacia.
  • Región medial OF:  predomina un cuadro de conducta antisocial, con decisiones que van en contra de las normas sociales aprendidas, por no estar funcionante la región que se encarga de inhibir las amígdalas en situaciones sociales que hemos aprendido a respetar. Ej. orinar en la calle, sentarse en una mesa de un restaurante sin preguntar cuál está disponible, robar lo ajeno conocido, etc.
ÁREA DORSO-LATERAL (DL):
El área DL corresponde con la parte más externa  del LPF y se encarga de las FUNCIONES COGNITIVAS SUPERIORES, todas aquellas  que consideramos las más elevadas de nuestra mente: razonamiento, estrategia, planificación, organización, cálculo, flexibilidad cognitiva, atención consciente, conceptualización, etc; especialmente  la zona DL del hemisferio izquierdo, considerado más lógico-matemático y racional, dejando al derecho característicamente las funciones más artísticas, creativas, idealistas, aunque sin duda esto es una simplificación.

Si las regiones VM y OF son más emocionales, nos informan sobre la experimentación consciente de lo que sentimos y lo integran con los aprendizajes culturales, la región DL se ocupa de la FUNCIÓN EJECUTIVA, de dar la orden que incluye toda información que ha considerado relevante (suprime, distorsiona y generaliza previamente), una vez procesada y analizada por otras zonas (VM, OF, amígdala, hipocampo, centro del placer o núcleo accumbens; entre otras).

Para ello cuenta además con la función de liderar y establecer lo que tenemos en mente, en nuestro foco de atención consciente, junto con el cingulado, pues se ocupa de la MEMORIA DE TRABAJO, complementada con la memoria de trabajo emocional que, como vimos, depende del área OF. El Sistema Reticular Ascendente (SRA) distribuido difusamente por el tronco del encéfalo mantendría “activo” el sistema, es decir, el cerebro.

Cuando se lesiona esta región se produce un síndrome PSEUDODEPRESIVO Y ACINÉTICO, por falta de motivación e interés -al estar suprimida la volición- y por falta e inoperancia ejecutiva en tareas organizativas y estratégicas. El cuadro acinético del VM se producía por falta de emocionalidad consciente, que son los motores de nuestras acciones; en este caso, sí existe la experiencia emocional, pero no funciona la voluntad de hacer y actuar.

En el plano emocional, se encarga de la conceptualización y racionalización de las emociones, en su expresión verbal (hablar de emociones o sentimientos), pero no de su vivencia experiencial. Es decir, una persona con lesiones en esta región no podría conceptualizar sobre qué es o no es una emoción o un sentimiento, no podría estudiar los temas de inteligencia emocional, pero sí podría vivirlos (dependen de VM y OF). Una persona con lesiones en las áreas VM y OF, podría elucubrar sobre su significado, pero no sentir su pasión interna.

EXPERIMENTACIÓN EMOCIONAL CONSCIENTE: TODO EL CEREBRO SE AÚNA PARA SENTIR.
Podríamos decir que, para la EXPERIMENTACIÓN CONSCIENTE de las emociones hace falta:
  1. Memoria del trabajo, que integra la información a corto y largo plazo para interpretar la situación actual, dirigiendo procesos atencionales, perceptuales y ejecutivos. Esta memoria de trabajo requiere de la función activa coordinada de DL y cingulado principalmente:
    • Se produce conscientemente la TOMA DE CONCIENCIA de lo que se está procesando a un nivel inconsciente (recordemos, base del marcador somático de Damasio: el cuerpo “es el que decide” antes de ser conscientes).
  2. Información entrante desde la amígdala hasta la memoria de trabajo DL:
    • Probablemente a través de la corteza OF (memoria de trabajo emocional, sobre todo la inhibición social):
    • Con información altamente procesada y experimentada desde VM que da la comunicación emocional fina, es decir, la riqueza de matices emocionales, con significado personal y social, que, a su vez, enriquece la región OF.
  3. Excitación cortical, activada por influencias de la amígdala sobre regiones del tronco del encéfalo (SRA), sirve para enfocar la atención sobre estímulos emocionales y poder así elegir conscientemente a qué le prestamos atención entre toda la activación emocional producida por las respuestas amígdalares.
 
DECISIONES MORALES CORTICALES: CUANDO LA AMÍGDALA NO SABE.
La decisión de salir de un salto de una vía del tren cuando se acerca se toma a nivel subcortical, en las amígdalas, y no requiere un procesamiento complejo a nivel cognitivo cortical. Sin embargo, cuando se trata de tomar una decisión más compleja, con emociones morales, debe integrarse la información emocional básica desde la amígdala con la planificación y estrategia racional del área DL, con múltiples matices emocionales altamente procesados tanto desde la región VM como la OF.

Un buen ejemplo sería elegir entre empujar a una persona adulta para salvar a cinco niños o no hacer nada y que murieran los 5 niños además del adulto (incluye la decisión activa de empujar a una persona, lo que supone un límite moral culturalmente relevante). No requeriría tanto esfuerzo si solo tenemos que hacer una acción que beneficie a todos, los niños y el adulto.

CONCLUSIÓN:
Cualquier acción, pensamiento o reacción consciente o subconsciente es la suma de múltiples procesos cerebrales de información que modulan la memoria, nuestros sentimientos, las normas sociales aprendidas y nuestra capacidad de decisión individual. Este sistema de control, estímulo e inhibición se encuentra situado en nuestro lóbulo prefrontal que se relaciona, recibe y emite información a través de múltiples vías cerebrales y que se activa cuando pensamos lo que pensamos, actuamos como actuamos y nos hacemos conscientes de lo que hacemos, pensamos y sentimos.

El lóbulo prefrontal es la parte más evolucionada de nuestro cerebro, tal y como es conceptuado hoy en día por la Medicina más vanguardista, y parece que la evolución ha otorgado dos tercios de su “superficie” a poner en valor nuestros sentimientos procesados, experimentados conscientemente, por ofrecernos una información muy relevante en nuestras vidas, que nos hace elegir decisiones más adaptativas a nuestro medio. Hacer caso omiso a lo que sentimos, incluso por hipertrofia de nuestra mente, no es ir en consonancia con nuestra evolución, pues nunca sentiremos nuestros pensamientos, solo nuestros sentimientos y emociones, pero sí podemos comprenderlos e integrarlos como nos ha proporcionado la evolución.

La guía emocional del corazón puede llevarnos a ser felices adaptativamente, armonizando lo que sentimos con lo que la mente nos organiza de forma lógica, y vivir así una vida con sentido que merezca todo lo bueno que todos llevamos dentro.

 
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Autores:
  1. Dr. Eduardo Murias Quintana:
    • Neurorradiología intervencionista en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).
    • Profesor de Medicina de la Universidad de Oviedo. 
    • Experto Universitario en Tratamiento Endovascular del Ictus isquémico y hemorrágico.
    • Máster en Imagen Diagnóstica Avanzada y Tratamiento Radiológico.
    • Médico Especialista en Radiología y Neurorradiología intervencionista.
  2. Dr. David Calvo Temprano (Director EEL Asturias, Médico Radiólogo HUCA, Profesor Uniovi, Coach y Practitioner PNL certificado por AICM).

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